Según un estudio realizado por el profesor Paul Hunter, de la Universidad de East Anglia (UEA), en Reino Unido, y la doctora Annette Pruss-Ustun, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cobertura de saneamiento está asociada con la disminución de las tasas de mortalidad, pero solo una vez que los niveles de cobertura alcanzan alrededor del 70 por ciento en una comunidad.
Los beneficios vitales para la salud del acceso a instalaciones sanitarias, como letrinas o inodoros, solo serán visibles una vez que se consiga cierto nivel de cobertura en una comunidad. El profesor Hunter explica: "La prestación de servicios de saneamiento es, sin duda, uno de los avances más importantes de salud pública de los últimos tiempos, y se ha convertido en una meta clave en los objetivos de Naciones Unidas para el desarrollo sostenible.
Sin embargo, no han podido demostrar una reduccioón significativa en las tasas de diarrea infantil, una de las principales causas de muerte de niños menores de 2 años de edad". El trabajo sugiere que los beneficios para la salud de mejores instalaciones sanitarias difieren de otras intervenciones de salud pública similares, como mejoras en el agua potable, en las que el beneficio es para la comunidad, no para el usuario individual.
El profesor Hunter advierte que otros estudios sobre el impacto del saneamiento que se centran únicamente en instalaciones mejoradas para uso individual en lugar de una cobertura más amplia de una comunidad es probable que subestimen gravemente el impacto de un mejor saneamiento.