La mencionada fórmula de relevo ha ido gestándose en los últimos meses y la ha rubricado con un punto y final Renzo Fratini, nuncio apostólico en España. Todo ello con el beneplácito del cardenal canadiense Marc Ouellet, máximo responsable del señalado dicasterio vaticano.
Con esta petición de relevo, Salinas no será avergonzado con un cese o expulsión del cargo. Al parecer, el aún obispo alega en su escrito padecer determinados problemas de salud que le impiden seguir desempeñando las funciones de ser la cabeza de la Iglesia católica en Mallorca.
Sin embargo, Roma no perdona a Salinas el follón mediático que ha acabado provocando su cese. Su comentada e íntima relación personalísima con la casada Sonia Valenzuela le pasará factura.
Salinas dejará de ser el obispo titular de Mallorca, pero no pasará a dirigir ninguna otra diócesis. Según fuentes muy próximas al propio obispo cesante, volverá a su territorio de origen, donde comenzó su carrera y tiene su domicilio particular. Regresará a Valencia y será obispo auxiliar bajo la atenta mirada del arzobispo y cardenal Antonio Cañizares. Destacar que el obispado de Mallorca depende jerárquicamente del arzobispado de Valencia, por lo que Cañizares tendrá aún más cerca a la ‘oveja descarriada’ Salinas.
Aunque finalmente la solución final para sacar lo más dignamente a Salinas de Mallorca ha sido retornarlo a su casa de Valencia, en muchos momentos estuvo sobre la mesa del nuncio el ‘desterrarlo’ a Roma, ciudad en la que hubiera ‘desaparecido’ entre los miles de sacerdotes que dan servicio a la Santa Sede y a sus múltiples organismo.
La fecha de la salida de Salinas es, por ahora, un secreto solamente compartido entre el propio obispo y la oficina del nuncio en Madrid. En las oficinas del obispado de la calle Seminario de Palma se comenta, sin embargo, que Salinas se irá de repente, sin apenas despedirse. Quizás este mismo jueves o, a más tardar, el sábado.
Su sustituto definitivo aún tardará unos meses en ser designado. El objetivo de la Santa Sede es ‘pacificar’ las cosas en Mallorca. Sin embargo, como la diócesis debe seguir adelante, suena el nombre del obispo menorquín Sebastià Taltavull para asumir el papel de administrador apostólico hasta la designación definitiva del titular del trono episcopal de la Catedral de Mallorca.
En ese intervalo, las figuras de los sacerdotes Antoni Vera, vicario general de la diócesis, y especialmente Nadal Bernat, provicario general y subordinado del anterior, tendrán un máximo protagonismo. Ya se comenta, incluso, la posibilidad de que Mallorca, al fin, tenga un obispo mallorquín.