Sus ya cansinas líneas rojas, los empalagosos personalismos que les impiden dialogar y negociar como personas adultas decentes y sus eternos “y tú más”; están ofreciendo una muy pobre imagen de todos ustedes. Sin excepción.
Sus principales argumentos, los que centran los titulares, son que Sánchez no investirá a Rajoy, que Iglesias con Rivera no se sienta (y con Rajoy aún menos), que Rajoy no ve con buenos ojos a Iglesias... y así sucesivamente. Los españoles aún no les hemos visto poner en común sus ideas sobre reformas constitucionales, sobre cómo poner freno al déficit, cómo generar ayudas efectivas a empresas y autónomos, cómo impulsar medidas urgentes para luchar contra la violencia de género, cómo conseguir políticas sociales equitativas,... Tan solo les hemos visto pelear, enzarzarse en discusiones estériles centradas en personalismos. Y todo ello, señores políticos, da asco, mucho asco.
Eso de “por el bien del interés general” queda muy bonito y muy florido en sus discursos, pero ya nadie se lo cree. Han prostituido tanto la frase que estamos desengañados. Tan solo ustedes creen que aún comulgamos con ruedas de carro. Y mientras tanto no cesan en sus intentos cada vez más ridículos. Si realmente actuaran en consecuencia y por el bien del interés general pondrían sus cartas sobre la mesa. Y sus cartas no serían otras cosas que los temas que realmente afectan a los españoles y que les hemos mencionado anteriormente (ayudas a empresas, a autónomos, déficit, modificación de la Constitución, violencia de género,...). En base a sus ideas, irían construyendo un proyecto común.
Incluso los niños saben que lo que realmente cuenta son los actos, no las palabras. Las palabras se las lleva el viento. Y sus actos hasta ahora les han retratado.
Aún no se han quitado los blinkers que se pusieron tras las elecciones del 20D. Nos obligaron a repetir las elecciones... y cumplimos. Nosotros, los españoles cumplimos, acudimos de nuevo a las urnas y reiteramos lo que queremos. Deseamos que se entiendan, que lleguen a acuerdos responsables precisamente “por el bien del interés general”. Sus absurdos y auto-impuestos blinkers les impiden ver la realidad. Se centran ustedes en sus estúpidos intereses personales y partidistas, y no son capaces de hacer una lectura responsable de los resultados electorales.
Dejen ya de reprocharse si han aumentado o disminuido votos o escaños o porcentajes de representación. Todo eso para llenar debates y espacios televisivos post-electorales está muy bien, pero ahora ya huele a rancio. Nos están costando dinero, y eso, repetimos: da mucho asco.
¿Acaso creen los máximos dirigentes políticos que la sociedad a la que representan es tan inmadura que no entendería un pacto de estabilidad entre derecha e izquierda por el bien común? Nos ofende que utilicen tan ruin argumento para justificarse. Nos ofende que nos utilicen en beneficio propio. Nos ofende que nos crean tan idiotas de no ver que quienes nos representan están rozando la inoperancia.
Y no se extrañen entonces que la percepción pública que se tiene de todos ustedes sea cada vez peor. Cada nuevo informe del Centro de Investigaciones Sociológicas, se bate un nuevo récord al alza en cuanto a lo mal considerados que están.
No duden que si nos conducen a unas nuevas elecciones, volveremos a cumplir, aunque solo sea para dejarles en evidencia.
