En declaraciones a Europa Press, el investigador del Centro Oceanográfico de Murcia del IEO, Ignacio Franco, explica que a nivel mundial existen dos períodos: uno de alta concentración de medusas, que dura entre ocho y diez años, y otro de baja presencia, de entre cuatro y cinco. Actualmente, el Mediterráneo se encuentra en el segundo período.
Franco sostiene que, en el caso de Baleares, "los años en los que ha habido problemas, las medusas habían llegado a mitad del verano", por lo que no se espera que las Islas registren un alta presencia en lo que queda de estación estival. El investigador también mantiene que, en el caso de que reaparecieran, sería antes de la mitad septiembre, momento en el que llegan a Murcia.
El investigador percibe que "existen menos medusas en el Mediterráneo en comparación a otros años" y apunta que esta situación es "a nivel general, lo que no implica que en sitios puntuales no hayan podido aparecer más" porque, por ejemplo, a principios de verano el IEO registró "algún aviso de medusas en Baleares".
En relación a los movimientos naturales de este animal, Franco considera que responden a "cómo funciona cada población" porque cada una "se regula a ella misma si no existe un factor externo que la influencie, como los depredadores o la alimentación".
REGULAN EL CRECIMIENTO DEL PLANCTON
Franco explica que el aumento general de la población de medusas se ha visto favorecido por diversos factores externos, como la comida que ingieren estos animales, el cambio climático y la pesca intensiva de sus competidores alimenticios.
El investigador señala que "tener más medusas no es positivo de por sí, pero sirve para regular el crecimiento del plancton". Pone como ejemplo la situación actual del Mar Menor, donde "se ha roto el equilibrio porque hay mucho plancton y las medusas han disminuido" y "ahora todos están esperando a que aparezcan para que limpien en mar".
LA CONTAMINACIÓN ORGÁNICA
Según Franco, la presencia de una gran cantidad medusas en el mar "es el mecanismo que tiene y utiliza el medio ambiente para amortiguar las grandes cantidades de plancton" que se acumulan en las playas, ya que estos animales marinos "son el problema visible de la contaminación".
El experto explica que en muchas ocasiones "se abona sin querer el mar con los vertidos que se abocan", por lo que se puede considerar que es un tipo de contaminación orgánica.
Por ejemplo, comenta que los vertidos urbanos abocados en el Mar Menor "acaban fertilizándolo y, por ello, provocan el crecimiento de las plantas, como el plancton", lo que genera la creación de una cadena trófica en la que participan las medusas.