Los populares siempre han estado a favor de respetar la libertad de la sociedad civil y de las distintas administraciones acerca de la tauromaquia y las fiestas populares en las cuales los animales vivos tienen protagonismo, ya sea el correbou de Fornalutx o la suelta de patos de Can Picafort.
Los socialistas, sin embargo, han visto como las decisiones de sus líderes palmesanos poco tiene que ver con el verdadero sentir de los militantes de la Part Forana. Mientras en Ciutat se pactaba con MÉS y Podemos eliminar las corridas de toros, los correbous y todo lo que se acerque a cualquier posible uso de animales vivos en fiestas populares, en otros ámbitos se considera que hay que ser más transigente con las tradiciones seculares. Y uno de esos ámbitos es Fornalutx.
De hecho, los socialistas del pequeño municipio del valle de Sóller y de otros consistorios se lo dijeron muy claro a sus jefes de Palma: votaremos a favor de mantener nuestras tradiciones, digáis lo que digáis en el Govern, el Parlament, el Consell o en la sede central socialista de la calle Miracle.
Ante esta tesitura, los socialistas han traicionado la palabra dada a sus socios de MÉS y Podemos y, en una pirueta político mediática, ahora defienden que se celebre el famoso correbou “siempre que el animal no sufra”. Y eso es lo pactado con el PP y el alcalde del municipio de la Tramuntana.
Evidentemente, MÉS y Podemos están indignados, pero esperan a que la traición socialista se consume para movilizarse y dar a conocer de forma clara y taxativa a la ciudadanía y a los colectivos proanimalistas su malestar político.
Y Francina Armengol espera que el pactado con el PP fin del sufrimiento del toro de Fornalutx sea evidente, aunque 448 veterinarios de las Islas le han hecho llegar a la presidenta un escrito en el cual señalan que por el simple hecho de ensogar al animal por los cuernos e irlo arrastrando por las calles del pueblo ya se produce malestar.